¿Qué hacer si tengo la uña del pie despegada?
Todo el mundo alguna vez en la vida ha vivido una situación tan molesta como tener una uña despegada, ya que se puede producir de múltiples formas como un golpe en algún dedo, un pisotón, practicando deportes como el fútbol o llevando un tipo de calzado inadecuado.
En este supuesto nos asaltan muchas preguntas a la cabeza como, ¿qué hacer si la uña todavía no se ha caído? ¿Debes arrancarla si está suelta? o ¿qué hacer en el caso de que ya se haya caído? No te preocupes porque en este artículo despejamos todas tus dudas.
Uña que está a punto de caerse
Si todavía no se ha caído la uña del pie NO la arranques, aunque esté suelta, ya que se debe caer sola. En el caso de que sea doloroso, la persona que debe intervenirla es un podólogo.
En este supuesto, es fundamental acudir al podólogo para determinar la causa por la que se va a caer la uña. No es necesario pedir cita si ha sido por un golpe porque sabemos el origen y se ha tratado de algo puntual pero si no sabemos la causa es muy probable que se trate de hongos o una infección.
Dependiendo de cada caso, la uña se podrá extraer de forma rápida en consulta, con un poco de anestesia si no está del todo suelta o se dejará caer de forma natural (suele ser la opción más recomendada). Por tamaño y ubicación en el pie, la uña del dedo gordo suele ser la más afectada.
Tratamiento: el podólogo será el que determine un tratamiento u otro, así como consejos a la hora de cuidar nuestra uña en casa (limpieza, secado, vendaje, etc). Una vez que esté recuperada es muy importante fortalecer la uña con el aceite reparador de uñas ONY-FOOT indicado especialmente para el cuidado de las uñas de los pies.
Uña que ya se ha caído
Ante la duda de la causa visita siempre al podólogo. Es fundamental que este profesional revise que el crecimiento de la nueva uña es saludable y evitar así problemas futuros.
El crecimiento de las uñas de los pies es más lento que en la de las manos, por lo que la uña total puede tardar en regenerarse entre 12 y 18 meses.
Tratamiento: como en el caso anterior, el podólogo nos dará una serie de recomendaciones. Es esencial mantener la zona de la uña limpia y seca; al igual que es recomendable limpiarla a diario con agua tibia y jabón neutro, sin olvidarte de secarla bien con cuidado. Una vez esté completamente limpia, seca y desinfectada, se tapará la zona con una venda o una gasa para evitar roces, pero es importante que no esté apretada para que no presione el dedo.
Hay que prestar especial atención a señales de infección como fiebre, enrojecimiento, dolor, sensibilidad, hinchazón o pus. En caso de tener alguno de estos síntomas es imprescindible acudir al podólogo.