Últimamente seguro que has escuchado el término “barefoot”, “calzado minimalista” o “calzado descalzo” porque estos zapatos se han diseñado con el objetivo de ofrecer una experiencia más próxima a la naturalidad, permitiendo que los pies se muevan con mayor libertad y flexibilidad, como si no llevaras calzado.

La encargada de ponerlos en el mapa ha sido la reina Letizia, ya que ha sustituido los zapatos con tacón por los barefoot a causa de una lesión que padece en el pie derecho. Esto se debe a que este tipo de calzado previene lesiones y dolor en las articulaciones, además de mejorar la postura y el desarrollo del pie.

Características

Generalmente, el calzado barefoot presenta una suela delgada y flexible que posibilita la flexión y adaptación de los pies al terreno de manera más natural. Además, suelen tener una puntera más ancha para permitir que los dedos se expandan y se adhieran al suelo de forma más eficaz:

1. Suelas completamente planas, sin tacón, ni elementos en su interior que eleven el talón o el arco plantar.
2. Punteras amplias con espacio para que los dedos puedan moverse y expandirse todo lo que necesiten en cada pisada.
3. Materiales flexibles, que permiten que el zapato se sujete al pie.
4. Sin refuerzos o contrafuertes en las zonas de talón, tobillo y puntera.
5. La mayoría suelen estar hechos con materiales naturales, libres de tóxicos, tintes o plásticos.

Recomendaciones

En caso de patología acudir al podólogo para que nos aconseje sobre qué tipo de calzado es mejor usar según nuestra anatomía y biomecánica.